A cuatro meses para las elecciones municipales, el PP, partido de Gobierno, todavía no tiene designado a su candidato. Y, según publicó estos dias El Confidencial, parece que la decisión final se va a demorar todavía más allá del 10 de febrero, para cuando se espera que se conozcan los nombres para la Puerta del Sol y el Palacio de Cibeles; Ignacio González y Esperanza Aguirre, vamos. Al parecer, el PP madrileño está esperando el desenlace de las investigaciones de la Operación Púnica, por si termina afectando a más municipios, entre ellos Alcalá.
Si la operación que está llevando a cabo por la Guardia Civil salpica al Ayuntamiento complutense, las posibilidades de que Javier Bello sea el cabeza de cartel caerían en el Ibex del PP. Si no, el alcalde, pese a que tampoco mantiene unas relaciones calurosas con Madrid, tendría más fácil liderar la lista alcalaína, pues parece difícil pedir el voto para una gestión, que fuera suspendida desde el propio partido. Salvo que se dé la batalla por perdida, claro, y se busque una renovación total y absoluta.
¿Y quién podría ser el candidato si finalmente no lo es Bello? Aún no se están barajando nombres aunque parece descartado que el posible sustituto saliera del actual equipo de Gobierno. Y es que desde Madrid no sería la primera vez que mandaran un 'paracaidista'. Ya lo hicieron en la pasada legislatura en Alcorcón o Getafe, con David Pérez y Juan Soler. Ambos lograron gobernar, aunque las circunstancias eran distintas a las de ahora. El PP venía de la oposición y espoleado por el tsunami del PP y el bajonazo del PSOE tras la etapa de Zapatero.
Sin embargo, la idiosincrasia de una ciudad como Alcalá hace que un 'fichaje' exterior se mire con recelo. Al ex alcalde Manuel Peinado le quisieron mandar a Granada, Gustavo Severien sufrió también críticas por parte de un sector garrapiñado de la ciudad, críticas que también padece Anselmo Avendaño en cada pleno por ser de Gijón.
En cualquier caso, la ciudad complutense no es hoy día precisamente una plaza apetecible. El candidato del PP tendría muy complicado ser el alcalde. El porcentaje del voto del PP está cayendo a nivel nacional y la gestión local tampoco tiene muchas presas que ofrecer en campaña electoral tras una legislatura convulsa, con un cambio de alcalde, un amago de moción de censura, gobiernos en minoría y un duro plan de ajuste.
Tampoco tendría fáciles alianzas a la vista, sobre todo con UPyD, con quien mantiene unas relaciones que cruzaron la línea roja de lo personal. Además, Ciudadanos puede absorber parte del voto de castigo y Vox, si se presenta, puede restarle un porcentaje que puede ser importante para sumar algún concejal más. Solo una falta de entendimiento entre el resto de fuerzas podría hacer que gobernara el PP si logra ser la lista más votada. Y aun así gobernar no sería una bicoca: en minoría y endeudada durante los próximos 20 años. Para pensárselo, vamos.
Veremos, pues, qué pasa finalmente con la Operación Púnica, qué sucede con Javier Bello y qué ocurriría si no fuera el candidato. Una cosa sí parece clara, sea el actual alcalde el cabeza de cartel o no. La lista del PP, en la que actualmente hay concejales con hasta cinco legislaturas a sus espaldas, sufrirá un gran lavado de cara.
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